A tan solo unos kilómetros de Braga, cerca de la frontera con Galicia, se encuentra uno de los destinos más cautivadores del norte de Portugal: Póvoa de Lanhoso. Esta localidad, aún poco conocida fuera de sus fronteras, está comenzando a ser reconocida por su rica historia, sus impresionantes paisajes naturales y, por supuesto, su gastronomía tradicional. Es un lugar que invita a explorar y saborear, un verdadero refugio para los viajeros que buscan una experiencia auténtica y tranquila en la que la naturaleza y la cultura se fusionan a la perfección.
Una joya histórica en el monte Pilar
Póvoa de Lanhoso se distingue por su patrimonio histórico, y uno de sus principales atractivos es el Castillo de Lanhoso, que domina el paisaje desde lo alto del Monte do Pilar. Este castillo medieval, uno de los más grandes de Portugal, tiene una historia fascinante, ya que fue el refugio de Doña Teresa, madre del primer rey de Portugal, Alfonso Enríquez. Las vistas desde el castillo son realmente impresionantes, y su ubicación estratégica lo ha convertido en un punto clave de defensa a lo largo de los siglos. Además, el castillo está vinculado a la Revolución de la Maria da Fonte, un movimiento histórico liderado por mujeres en el siglo XIX que lucharon contra los abusos del poder.

Un paraíso natural lleno de rutas y paisajes
Para los amantes de la naturaleza, Póvoa de Lanhoso es un auténtico paraíso. La región cuenta con una amplia red de senderos que atraviesan montes, aldeas y valles, ofreciendo rutas para todo tipo de caminantes. Desde tranquilos paseos en familia hasta caminatas de montaña más exigentes, hay opciones para todos los niveles.
Los ríos Cávado y Ave serpentean por el territorio, creando un escenario ideal para quienes disfrutan del contacto directo con el agua. A lo largo de sus riberas se pueden encontrar cascadas, antiguos molinos y la playa fluvial de Verim, perfecta para un refrescante baño durante los cálidos días de verano. El Parque de Pontido es otro de los lugares recomendados para aquellos que buscan relajarse en la naturaleza. Este entorno natural es un testamento del compromiso de Póvoa de Lanhoso con la sostenibilidad y la conservación de su biodiversidad.
Uno de los tesoros naturales más sorprendentes de la región es el Carvalho de Calvos, un roble de más de 500 años que se considera el más antiguo de la Península Ibérica. Este imponente árbol se encuentra en un espacio interpretativo donde los visitantes pueden conocer más sobre la historia de este símbolo de la naturaleza local.
Artesanía en su máxima expresión: La Filigrana de Portugal
Si hay algo que distingue a Póvoa de Lanhoso en el ámbito de la artesanía, es su tradición en la filigrana, una técnica de orfebrería en oro y plata que se ha transmitido de generación en generación. Este arte, que data de siglos atrás, se sigue practicando de manera tradicional en la localidad.
En el Museu do Ouro, en la aldea de Travassos, los visitantes pueden descubrir de cerca este arte centenario. Allí, se exhiben joyas y piezas únicas de filigrana, mostrando la destreza de los artesanos locales que siguen manteniendo viva esta tradición. Los talleres de filigrana siguen siendo un referente y un orgullo de la región, y se pueden visitar para conocer los secretos de esta fascinante técnica.

Un festín gastronómico en el corazón de la naturaleza
Póvoa de Lanhoso no solo es conocida por su belleza natural y su patrimonio histórico, sino también por su gastronomía excepcional. La cocina local es un fiel reflejo de la tradición del norte de Portugal, donde los ingredientes frescos y de calidad se mezclan en platos tradicionales que conquistan a todos los paladares.
En restaurantes como O Victor, Panorâmico y O Galetino, se pueden degustar platos de la más alta calidad, preparados con ingredientes locales que destacan por su sabor y frescura. El cabrito asado al horno es uno de los platos más representativos, junto con el bacalao con broa y el arroz de sarrabulho, una receta típica de la región que combina arroz con carne de cerdo y sangre.
Los postres caseros son otra joya gastronómica de Póvoa de Lanhoso. Las recetas tradicionales, transmitidas de generación en generación, conservan el sabor auténtico de la pastelería portuguesa, con dulces como el arroz con leche o los bocadinhos de abóbora. Además, los productos locales, como las carnes DOP y las hortalizas de temporada, aportan una calidad incomparable a cada plato. El pan de maíz cocido en horno de leña es otro de los deliciosos manjares que acompañan las comidas en esta región.

Un destino perfecto para los viajeros españoles
Póvoa de Lanhoso es el destino ideal para aquellos que buscan una escapada cultural y natural desde España. A tan solo un par de horas de la frontera, esta localidad se convierte en una opción perfecta para disfrutar de un fin de semana o unas vacaciones más largas, combinando historia, naturaleza y gastronomía en un solo lugar.
La región cuenta con una variada oferta de alojamientos rurales, muchos de los cuales se enfocan en el desarrollo sostenible. La tranquilidad del entorno y la proximidad a destinos cercanos como Gerês, Guimarães y Braga, convierten a Póvoa de Lanhoso en un excelente punto de partida para explorar el norte de Portugal.
Con su historia, su gastronomía y sus paisajes naturales, Póvoa de Lanhoso está lista para ser descubierta por todos aquellos que deseen experimentar lo mejor de Portugal en su estado más auténtico.

